Un buen tutor....
En esta entrada voy a reflexionar sobre las cualidades que
debería tener un buen tutor: la figura del tutor trasciende más allá de ser un
transmisor de información, como pueden ser los profesores de otras asignaturas,
si no que su conexión con sus alumnos es mayor.
Debe ser visto como una figura de referencia ante cualquier
problema con los mismos y transmitirles seguridad y confianza en él. Debe ser
abierto y accesible para que los alumnos sepan que pueden contar con él en
cualquier momento. Y debe transmitir todo esto también a las familias de sus
alumnos, con los que mantendrá un contacto constante.
Además de esto, el tutor debe estar atento no solamente al
desarrollo de sus alumnos en las horas de docencia que les imparta, si no que
debe coordinarse con el resto del equipo docente del grupo para consultar que
no existan circunstancias anormales en otras materias y con otros profesores.
En el momento de la evaluación, es el encargado de
dirigirla, y debe conocer a sus alumnos para poder juzgarlos y ser justos en
sus decisiones.
Por último, el tutor en ocasiones es visto como un apoyo a otras figuras del centro como el equipo orientador, y debe poder dar claves a sus alumnos para ayudarlos a tomar ciertas decisiones.
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